De viaje por la Toscana (II)

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Viernes, 30 de octubre de 2015

De Massa Marittima a Volterra.

No salgo de mi asombro. Adentrarse en el corazón Toscano es tan irreal que resulta difícil de describir. No es tierra de postales, es que es TODA así. Tal y como había previsto la primera ruta de inmersión iba a ser esta y no me ha defraudado.

Comienzo la jornada con un desayuno a base de azúcar del hotel donde he pernoctado. En su descargo hay que reconocer que el lugar era tranquilo y con unas vistas al valle espectaculares. La cama me ha dolido un poco, pero he descansado. Meto en el GPS las extrañas coordenadas de un hotel perdido en el valle que he encontrado por internet. Me he encaprichado pero no ha sido tan fácil.

mauri 6El primer tramo circulo por una toscana forestal. Atravieso una serie de bosques y paulatinamente el paisaje empieza a tornarse suave, de colinas brillantes y sedosas. Ah, esto es lo que venía buscando. Ahora una villa en lo alto de una colina circundada de pastos, tierras fértiles roturadas, viñedos, cipreses,…en una conjunción cromática que emocionaba. Es difícil de describir, como digo. El día además ha sido otoñal soleado, destacando las tonalidades pálidas. Una sonrisa se me dibujaba en el interior del casco, del que prescindía en ocasiones, por ser modular, para respirar ese aire tan puro y fresco aún a riesgo de toparme con algún insecto.

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mauri 4 (6)Al no tener claras las coordenadas del hotel perdido al que quería llegar, el GPS me manda por una pista forestal en el corazón de la campiña. Estos errores son hermosas serendipias que lustran mi ruta. Me hallo en comunión. La moto, el camino ( pleno de socavones,grava ), el paisaje y yo. Pocos me acompañan y esta soledad me reconforta pues nadie me presiona en estas carreteras reviradas, tendidas sobre las onduladas colinas como alfombras. Y como alfombras de florecillas son los pastos. No era coña. Existe este lugar mítico y no extraña que esta tierra fértil arroje también personajes sobresalientes.

Y de eso se trata. Vayas donde vayas, no fallas. Abandonada ya la idea de lograr encontrar el bucólico hotel me dirijo a Volterra. Pueblo que, en todo caso, también quería visitar. Con la moto escalo por sus pavimentadas calles. Decía Miquel Silvestre que aunque está el acceso restringido a la circulación de turistas, las motos tienen más tolerancia. Así, visito el centro monumental sobre mi montura y al salir por el otro lado localizo el hotel en el que finalmente me he quedado.

Regateo el precio. Siempre me quieren colar una superior. El hotel está muy bien, pero estamos en temporada baja y no hay apenas turistas. Me lo dejan a un precio razonable. Me despojo de la impedimenta y, cómodo, salgo a dar una vuelta y comenzar, realmente, a saborear el viaje.

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Sábado, 31 de octubre de 2015

De Volterra a Monteriggioni

No quería ser ambicioso hoy y, más bien, lanzarme a explorar sin referencias lo que el entorno me ofrece. Estoy en el  corazón de esta afortunada región y todo me parece interesante. Así, en principio pienso hacer Monteriggioni y San Gimignano, y más adelante vería. El desayuno es más suntuoso y completo que en hotel anterior. Y sin embargo lo desaprovecho pues no estoy muy apetente y mis desayunos son más bien frugales. Me pongo en marcha sobre las 11:15 AM y el día vuelve a invitarme a rutear. Y tanto es así que a mitad de camino veo un cruce que se dirigía a Castelfiorentino y allá que voy, sonándome de algo. El trayecto es demasiado boscoso y no me  place. Cuando llego a la población me llevo un chasco porque es feo y mi ruta es de pueblos bonitos. Luego contrasto con la guía Lonely y me lo confirma. No viene ni en los mapas. Así que me pongo en marcha de nuevo hacia el objetivo primario, que era un hospedaje curioso que había visto en una de esas páginas de búsqueda de hoteles. Llego a este lugar y su aspecto me encanta. Es una casona restaurada y devenida a hotel rústico. Lo regenta el gentil Claudio, un hombre amable y que me cuenta la historia del edificio, llena de curiosidades. El lugar es una granja señorial del que su propietario se encaprichó y fue objeto de un sueño: convertirlo en hospedaje rural. Me baja a unas bodegas  en las que pueden verse tumbas etruscas e incluso un pasadizo que entroncaba con un monasterio, por donde escapaban sus hermanos cuando eran atacados. Siempre me ha parecido que la Toscana ha sido un lugar azotado por guerras territoriales, en los tiempos de las ciudades estado. Como quiera que el amable posadero, que me cuenta la larga historia judicial hasta que logró hacerse con los permisos para convertir esto en hotel rural, me parece un tipo hogareño y sencillo, decido quedarme a pasar la noche. Consigo regatearle cinco pavos y me muestra la habitación. Una casona de estilo Toscano me dice. A mí me parece cómoda y confortable. Un lugar limpísimo y auténtico.

He aquí algunas imágenes que me han acompañado en mi ruta:

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Domingo, 1 de noviembre de 2015

Monteriggioni (y 2)

Dilato mi permanencia en este lugar un día más. Monteriggioni, su entorno más bien, me ofrece todo lo que busco. Estoy tan encantado con mi estancia en esta posada (http://www.fattoriailcasone.it/home ) que le he comentado a Claudio que me quedaba una noche más. Él, gran conocedor de la zona y motero frustrado, me propone otra ruta tan completa que tan solo la he seguido parcialmente. Me ha marcado en el mapa un pequeño pueblo con mucho encanto y que se come de lujo. Volpaia. No es, en efecto, un pueblo que conste en las guías, pero ciertamente es bonito y la comida superior. Durante el trayecto me encuentro con hordas de moteros, de todas las clases. Domingueros Vintage con sus motos clásicas, moteros curveros y luego, los míos, los mototuristas de espalda erguida. Estos van bien equipados para largas rutas y suelen ir acompañados (snif, Amor). En cualquier caso, ver manadas de moteros me indica que la ruta es panorámica, algo así como si ves muchos camioneros parados en un restaurante. Será algo bueno. Paso por varios paisajes. Pero aquí predominan las ricas viñas, de un color amarillento ya, previo al descanso invernal. Los pueblos también huelen a vino, Grada in chianti, Castellina in chianti,…, Me detengo en un par de sitios para adquirir un Chianti classico pero los precios me parecen abusivos. No bajan de 12 euros y Claudio ya me había advertido de que comprando una botella de cinco euros ya voy sobrado. Mañana le preguntaré dónde me puede indiciar un lugar fiable y barato, lejos de rutas turísticas. Por otro lado he pasado cerca de varias haciendas donde producen y tienen venta directa aunque al ser domingo no he entrado en ninguna.
Llego al pueblito ( aldea más bien ), sobre las 13:00 horas. Hay mucha gente concurrida en su plaza. No me extraña. El día ha salido perfecto. Hay dos puestos para comer. Una trattoria, que está completamente llena, y un restaurante de buen comer. No me queda otra. A sufrir. Mi compañera me acompaña, conectados ambos al wassap, pero la echo verdaderamente de menos. Estas cosas ya no se disfrutan igual sabiendo que hay alguien que no está conmigo porque no ha podido venir. Aunque resuelvo que el próximo año tenemos que hacer una visita a la hacienda de Claudio y volver a recorrer estos lugares ya en coche. Para primavera tal vez.
El resto ha sido un regreso apoteósico, otra vez, por los generosos atardeceres que regala esta tierra.
Perfecto. Perfecto.

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Lunes, 2 de noviembre de 2015

De Monteriggioni a Montalcino

Hoy se presentaba otra ruta corta e intensa pues iba  a pasar de la región de Chianti al Valle del Orcia, también famoso por sus caldos. Aquí son muy conocidos los Brunello, de Montalcino y los Nobile, en Montepulciano.

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Así, sobre las 10 AM me tomo la tosca colazione que me presentan y me preparo para partir. Mirando precios de la región a la que venía no he querido que se disparara el presupuesto pues abundan los hospedajes agroturísticos, pero son caros ( 70-80 euros de promedio ). La guía Lonely me señalaba Pienza como lugar más barato, pero no lo he visto así por booking. De manera que localizo un hotelucho en un pueblecito por la zona,San Quirico de Orcia, inserto las coordenadas en mi leal GPS ( podría decir que es la mejor compra que he hecho jamás), pago religiosamente a la señora del servicio y me despido de la Fattoria Il Casone hasta muy pronto. Tengo el presentimiento de que volveré. Porque de eso se trata, de descubrir lugares nuevos y escondidos. La mayor parte de mis elecciones, que se basan en lo económico y pocos criterios más, son un fiasco. De pocos puedo decir, pagando un precio razonable, que son una maravilla. Y cuando los encuentras tomas nota y sigues camino. Así, otro puto día espléndido toscano me está esperando. Luminoso y radiante.Papá me ha dicho que en Alicante ha estado lloviendo bastante y yo no puedo por más que estar agradecido de la clemencia atmosférica. Un regalo para las fechas en las que estamos.
Continúo camino hasta Buonconvento, un pequeño pueblecito que se jacta de ser uno de los más bonitos de Italia. ¿Cómo? ¿Y no está en mi lista de pueblos bonitos?. Paro a echar un vistazo. Bueno, no era para tanto, se trata de una propaganda exagerada. Me topo, eso sí, con una enorme cooperativa de productos vinícolas y aquí si, aquí encuentro los chianti de precios razonables que ayer no veía. Es otra norma: si compras en un puesto muy turístico vas a ser estafado sin remisión. Y para mí estafa ya puede ser inflar el precio un par de euros. Me hago con un Chiantí con etiqueda de gallo negro. El tipo me dice que los que portan ese dibujito es un Chiantí clásico auténtico y genuino. En cualquier caso cuesta 8 euros (aunque había de 4).

Mi Chianti deseado

Mi Chianti deseado

Prosigo camino. El escenario de cipreses, masías y pueblecitos de piedra es tan bello que parece un decorado; uno duda que semejante inmensidad pueda ser cierta: la vista se pierde entre valles y montes sin que se le vea límite a la grandiosidad.

DSCN5231Encuentro mi hotel cutrecillo ( http://www.hotelpalazzuolo.it/it/hotel ) y, tras ponerme ropa más cómoda, salgo al encuentro de Montalcino y me encuentro otro bonito pueblo y una economía volcada en su famoso Brunello. Hay muchas enotecas y no adquirir una botellita sería pecado.

Al comer tengo una revelación. Pruebo unas toscas tostadas con aceite, ajo, tomate y basilisco y entro en trance. Ese aceite quita el sentido. Pregunto. Me dan la botella:

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marte, 3 de noviembre 2015

Última jornada

Apoteósica. He recorrido los siguientes pueblos:

Sin título (1)Esto se acaba y hoy había planeado exprimirlo al máximo. El día nuevamente acompañaba y me ha brindado un fin de viaje espectacular. En el casco sonaba la música de Mike Oldfield y Supertramp.

El primer pueblo que he visitado, Monticchiello, me ha sorprendido por lo pequeño, acogedor y bien conservado que está. No había apenas nadie y he podido pasear por sus calles de trazado renacentista y respirar su aire prístino. Me he tomado un café y algunas fotos y he seguido camino hacia Pienza. Esta ciudad me ha sorprendido gratamente pues no esperaba mucho de ella pero da para pasar un par de horas. Está repleta de tiendas gourmets con productos de la zona. Quesos, vinos y aceites fundamentalmente. A falta de cerveza, los productos de primera necesidad, por encima del agua. Naturalmente he cargado un queso de cabra con trufas y un vino ( otro ), esta vez el Nobile de Montepulciano. El último de la triada. Prosigo camino a lo largo y ancho del valle de Orcia y recabo en otro pequeño pueblo, del estilo del primero, llamado Montefollonico. No me entretengo tanto porque el día avanzaba y lo que quería era explayarme en Montepulciano. Un pueblo bellísimo que se encarama a mi top, desbancando a San Gimigiano incluso. Tiene una calle plena de tiendas, donde abundan los productos de cuero. Le he mirado alguna mochila a mi chica, que me había pedido, pero los precios son astronómicos. Y no es tanto por eso, como por la sensación de que podría conseguir el mismo producto por 50 euros menos a poco que rastree por internet. Es cuero italiano, me decían. Bien, en marruecos también trabajan muy bien el cuero y no se suben tanto a la parra. Mira no.

Apurando, las 17:00, hora límite pues ya está oscureciendo regreso, feliz por este viaje que me ha procurado tanta belleza y sosiego. Qué falta me hacía!

Parafraseo a Miquel Silvestre cuando cito al sabio ampurdanés, Plá, que dijo que de entre todos los lugares de la tierra la toscana sería el único que merecería la pena ser salvado. Sin llegar a desmerecer tantos otros lugares bellos, debo admitir que yo, todavía, no he conocido tierra más sugerente y armoniosa. Tan cerca, además.

Quede este blog para el recuerdo de unas jornadas que me elevaron el espíritu hasta casi tocar el cielo. Larga vida a esta tierra afortunada!

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Por Mauricio Egea

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