Siguiendo la pista de Blas de Lezo

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Será porque entendiendo de dónde venimos podemos intuir hacia dónde vamos o al menos cómo estamos, la Historia siempre me ha apasionado; la Historia que se escribe en los libros de texto y la historia oral, la que se transmite en el boca a boca y entre bambalinas.

Hace ya muchos años que asumí que el español medio, ya sea de Pontevedra o de Jaén, tiene una marcada tendencia cainita, últimamente reorientada hacia el aborregamiento y focalizada especialmente hacia el fútbol y los partidos de tenis políticos….pero puñetera al fin y al cabo.

El ejemplo más claro que últimamente se me ocurre es el de Blas de Lezo, vasco universal y gran desconocido para la inmensa mayoría de paisanos.

En grandes pinceladas, simplemente decir que este marino consiguió en 1741 resistir en Cartagena de Indias (Colombia) a la segunda flota más grande de la Historia (195 buques…ingleses) con sólo 6 navíos.

proyecto de escultura, por Salvador Amaya

Proyecto de escultura, por Salvador Amaya

Volvamos al inicio antes de entrar al meollo: la primera noticia que tuve de este personaje fue descargando por casualidad en mi kindle la fantástica novela de Albert Vázquez «Mediohombre. La batalla que Inglaterra ocultó al mundo». Me quedé estupefacto, como una especie de mezcla entre el deleite de lo que leía y el cabreo de pensar que algo que casi parecía una historia marciana y alucinante no sea ni nombrada ni recordada! Dicen que la historia la escriben los ganadores, pero en realidad también la escriben los listos: en Inglaterra el rey Jorge II dio orden de prohibir cualquier publicación en la que se mencionase dicha batalla y, para más inri el gran derrotado, el almirante Edward Vernon, a pesar de ser expulsado 5 años después de la Marina, fue enterrado -hay que tener cinismo- en la Abadía de Westminster, lugar de reposo de héroes y padres de la nación, con el siguiente epitafio: «Sometió a Charges, y en Cartagena conquistó hasta donde la fuerza naval pudo llevar la victoria».

Como decía, a raíz de la lectura del libro comencé a interesarme más por esta historia, haciéndose extensivo al personaje, que tuvo una historia como mínimo bastante increíble y peculiar. Empecé a rebuscar por aquí y por allá y poco a poco aparecieron los retales: en la web de Pérez Reverte, quién si no, ya menciona en 2010 este hecho, con su peculiar estilo de cronista de la historia aderezado de (muy) mala leche; cito fragmento literal: Hace doce años, cuando escribía La carta esférica, tuve en las manos una medalla conmemorativa, acuñada en el siglo XVIII, donde Inglaterra se atribuía una victoria que nunca ocurrió. Como lector de libros de Historia estaba acostumbrado a que los ingleses oculten sus derrotas ante los españoles -como la del vicealmirante Mathews en aguas de Tolón o la de Nelson cuando perdió el brazo en Tenerife-, pero no a que, además, se inventen victorias. Aquella pieza llevaba la inscripción, en inglés: El orgullo de España humillado por el almirante Vernon; y en el reverso: Auténtico héroe británico, tomó Cartagena -Cartagena de Indias, en la actual Colombia- en abril de 1741. En la medalla había grabadas dos figuras. Una, erguida y victoriosa, era la del almirante Vernon. La otra, arrodillada e implorante, se identificaba como Don Blass y aludía al almirante español Blas de Lezo: un marino vasco de Pasajes encargado de la defensa de la ciudad.

Alucinante.

Continúo buscando y, wikipedia a parte, aparecen más cosas, la inmensa mayoría a partir del año 2012: citas y narraciones de blogs particulares, un par de la Universidad de Málaga…hasta en el blog de Iñaki Anasagasti -si bien lo escribe Fernando Savater- se le dedica un artículo, si bien, como era de esperar, los comentarios se van saliendo de madre y se acaban hablando de otros menesteres. Busco de nuevo y me deprimo nuevamente, al leer que CiU exige al Ayuntamiento de Madrid que retiren la recién inaugurada estatua del marino porque este participó activamente en el asedio a la Ciudad Condal en 1714…en fin.

Dejando a un lado la edificante y objetiva interpretación de nuestra historia, me tomo la libertad de coger prestada de forma literal la explicación a su vida que desde la web de la Asociación Cultural Blas de Lezo se realiza:

Blas de Lezo y Olavarrieta (u Olabarrieta ) almirante español conocido como Patapalo, o más tarde como Mediohombre, por las muchas heridas sufridas a lo largo de su vida militar es considerado uno de los mejores estrategas de la historia de la Armada Española.

·         1689

I.- Primeros años Blas de Lezo y Olavarrieta nace en Pasajes (Guipúzcoa) el 3 de febrero de 1689. Pertenecía a una familia con ilustres marinos entre sus antepasados, en un pueblo dedicado, prácticamente en exclusiva, a la mar. Se educó en un colegio de Francia y salió de él en 1701. En aquel entonces la armada francesa era aliada de España en la Guerra de Sucesión, que acaba de empezar al morir Carlos II sin descendencia.

·         1701

Dado que Luis XIV deseaba el mayor intercambio posible de oficiales entre los ejércitos y escuadras de España y Francia, Lezo se embarca, a sus 12 años, en la escuadra francesa, enrolándose como guardiamarina al servicio del conde de Toulouse, Luis Alejandro de Borbón, hijo de Luis XIV. II.- La Guerra de Sucesión La guerra enfrenta a Felipe de Anjou, apoyado por Francia y nombrado heredero por el rey español, con el Archiduque Carlos de Austria, apoyado por Inglaterra, ya que esta última temía el poderío que alcanzarían los Borbones en el continente. La escuadra francesa había salido de Tolón y en Málaga se habían unido algunas galeras españolas mandadas por el conde de Fuencalada.

·         1704

Frente a Vélez-Málaga se produjo el 24 de agosto de 1704 la batalla naval más importante del conflicto. Blas de Lezo participó en aquella batalla batiéndose de manera ejemplar. En 1704 (Blas de Lezo tiene la edad de 15 años) pierde la pierna izquierda por la bala de un caños ingles que es amputada por debajo de la rodilla, sin ninguna clase de anestesia y, según las crónicas, sin ningún tipo de lamento siendo guardamarina. Por tal hecho el propio rey le eleva al rango de Alférez de Bajel. El hecho ocurrió en Vélez – Málaga, en 1704, y la escuadra francesa que había partido desde Tolón, se une a otras naves españolas para enfrentarse a la escuadra dirigida por el almirante Rooke.

·         1705

Evidentemente necesitó una larga recuperación y rechazó estar en la Corte, pues ambicionaba conocer las artes marineras y convertirse en un gran comandante. En 1705 el terrible percance de haber perdido la pierna izquierda no debió amilanar en absoluto al joven Blas de Lezo, pues no tardaría en volver a embarcarse para socorrer a las asediadas plazas de Peñíscola y Palermo, dirigir el posterior ataque al navío ingles de 70 cañones Resolution que resultó devastado por el fuego, o capturar otros dos navíos enemigos.

Durante sus exitosas patrullas por el Mediterráneo logra apresar otro buen número de navíos ingleses logrando el permiso de llevar sus presas a su pueblo natal. Continúa patrullando el Mediterráneo,  apresando numerosos barcos ingleses y realizando valientes maniobras con un arrojo inusitado. Tanto es así que se le premia permitiendo que lleve sus presas a Pasajes, su pueblo natal.

·         1706

Pero enseguida es requerido por sus superiores y en 1706 se le ordena abastecer a los sitiados de Barcelona al mando de una pequeña flotilla. Sirviéndose de su aguda inteligencia, realiza brillantemente su cometido, escapa una y otra vez del cerco que establecen los ingleses para evitar el aprovisionamiento. En 1706 recibe instrucciones para poner en marcha su siguiente misión: el abastecimiento de los sitiados en Barcelona comandando una pequeña flota. Con tan solo 17 años de edad ya mostró su capacidad de estratega y su picardía, burlando constantemente el cerco inglés gracias a las densas nubes de humo que provocaban los montones de paja ardiendo que dejaba flotando sobres las aguas y que le permitían ocultarse, o las cargas incendiarias que disparaban sus cañones capaces de neutralizar los navíos británicos. Posteriormente se le destaca a la fortaleza de Santa Catalina de Tolón, donde toma contacto con la defensa desde tierra firme en combate contra las tropas del príncipe Eugenio de Saboya. En esta acción y tras el impacto de un cañonazo en la fortificación, una esquirla se le aloja en el ojo izquierdo, que explota en el acto, perdiendo así para siempre la vista del mismo.

·         1707 – 1710

Tras una breve convalecencia es destinado al puerto de Rochefort, donde lo ascienden a Teniente de Guardacostas en 1707. Allí realizará otra gran gesta rindiendo en 1710 una decena de barcos enemigos, el menor de 20 piezas.

·         1711

Por estas fechas tiene lugar el referido combate con el Stanhope mandado por John Combs, que lo triplicaba en fuerzas. Se mantuvo un cañoneo mutuo hasta que las maniobras de Lezo dejaron al barco enemigo a distancia de abordaje, momento en el que ordenó lanzaran los garfios para llevarlo a cabo. El abordaje de los españoles era una temible maniobra ofensiva, que los ingleses temían particularmente: los navíos españoles cañoneaban de cerca, tras lo cual lanzaban garfios y abordaban el navío contrario, buscando el cuerpo a cuerpo, hasta la rendición del enemigo. De este modo, con tripulaciones muy inferiores en número, los navíos españoles lograban apresar otros con mucha mayor dotación y porte. Blas de Lezo se cubrió de gloria en tan fenomenal enfrentamiento, en el que incluso es herido, siendo ascendido a Capitán de Fragata.

·         1712

En 1712 pasa a servir bajo las órdenes de Andrés de Pes. Este afamado almirante quedó maravillado ante la valía de Lezo y emitió varios escritos que le valieron su ascenso a Capitán de Navío un año más tarde. Andrés Matías de Pez y Malzárraga (Cádiz, 1657 – Madrid, 1723) fue un marino y hombre de estado español. Descendiente de vizcaínos, nació en Cádiz, donde su padre Andrés de Pez y Capetillo estaba destinado como capitán de la Armada de Andalucía. A los 16 años se enroló como simple marinero en la carrera de Indias, ascendiendo rápidamente en el escalafón, destacándose en la castellanía de San Juan de Ulúa, en la capitanía del puerto de Veracruz, en la exploración del delta del Misisipi y Pensacola, en la conducción de la flota del tesoro de 1707 y 1710 o en el sitio de Barcelona durante la guerra de sucesión española. Durante su etapa política fue miembro del Consejo de Guerra desde 1715, gobernador del Consejo de Indias desde 1717 y Secretario de Estado y del Despacho de Marina desde 1721 hasta su muerte, ocurrida en 1723.

·         1714

En 1714, acontece el segundo asedio a la ciudad de Barcelona. Blas de Lezo cuenta ya con 25 años de edad y el navío que está bajo su mando, el Campanella de 70 cañones, se aproxima decididamente a las defensas británicas. Nuestro protagonista vuelve a resultar herido; esta vez es el disparo de un mosquete el que le inutiliza para el resto de su vida su brazo derecho. El cuadro del oficial de marina Blas de Lezo comienza a mostrar ya su perfil de Mediohombre: cojo, manco y además tuerto. Sea como sea, su más que lamentable estado físico no le supondrá ningún impedimento para continuar en activo. En esa época, y al mando de una fragata, apresó once navíos británicos, entre ellos el emblemático Stanhope, navío de gran poder ofensivo.

·         1715 – 1716

En 1715, al mando del Nuestra Señora de Begoña de 54 cañones, y junto a una gran flota, lograría reconquistar Mallorca, esta vez, sin necesidad de efectuar un SOLO cañonazo. En 1716 tras la finalización de la Guerra de Sucesión en España Blas de Lezo recibe el novedoso reto de limpiar la costa Pacífica del virreinato de Perú de los numerosos piratas y corsarios. El servicio lo cumple con notable éxito. III.- El Caribe Finalizada de la guerra de sucesión, entre 1716 hasta 1730 Blas de Lezo marcha fuera de España y contrae matrimonio en Lima en 1725. Terminada la Guerra de Sucesión, se le confió el buque insignia Lanfranco. Un año después parte hacia La Habana escoltando a una flota de galeones en el Lanfranco, barco que será retirado del servicio debido a su calamitoso estado, a su regreso a Cádiz.

·         1720

Allí se queda hasta 1720, cuando se le asigna un nuevo navío bautizado también como Lanfranco, conocido asimismo como León Franco y Nuestra Señora del Pilar, y es integrado dentro de una escuadra hispano-francesa al mando de Bartolomé de Urdizu con el cometido de limpiar de corsarios y piratas los llamados Mares del Sur, o lo que es lo mismo, las costas del Perú. La escuadra estaba compuesta por parte española de cuatro buques de guerra y una fragata, y por parte francesa por dos navíos de línea. Sus primeras operaciones fueron contra los dos barcos, el Success y el Speed Well del corsario inglés John Clipperton, que logró evitarle y tras hacer algunas capturas huyó a Asia, donde fue apresado y muerto.

·         1725

1723 y 1725 llega por ascensos a General de la Armada y vive en los mares piratas. En 1725, se casa en Lima con la abnegada y sufrida Josefa Pacheco, que deberá aguantar todas las incertidumbres y penalidades derivadas del ajetreado y peligroso trabajo de su esposo. Ella era natural de Locumba (actual Tacna), e hija de los también criollos José Carlos Pacheco y Benavides, y María Nicolasa de Bustios y Palacios.  De esta unión Blas de Lezo tuvo con ella 3 hijos. La misión de limpiar la costa Pacífica del virreinato de Perú se completaría con notable éxito, pues generalmente los navíos piratas emprenderían la desesperada huida ante la presencia de los buques de guerra españoles y la fama que Lezo se había ganado durante los últimos años.

·         1730 – 1731

En 1730 Blas de Lezo da por concluido su periplo por las costas americanas y regresa nuevamente a España donde es nombrado jefe de la IV escuadra naval del Mediterráneo. 1731: Blas de Lezo se persona en la República de Génova al mando de seis navíos de guerra para reclamar el pago de 2 millones de pesos que por diferentes avatares esta república debía al Reino de España. El pago se efectuó con rapidez y presteza, y Lezo, además, invitó a las autoridades genovesas a rendir homenaje a la bandera real de España, hicieron muy gustosamente, por el coste de 2 millones de pesos. El detalle de lo acontecido es el siguiente: Lezo llegaría al puerto genovés con la muy escasamente diplomática intención de cañonear desde sus buques la ciudad si no se efectuaba el pago dentro de un plazo que con anterioridad él mismo había designado. Habiendo surgido diferencias con la república de Génova,  España estaba resentida por la conducta observada por aquel Estado, y no de acuerdo con sus procedimientos, el general Lezo, por orden superior, se personó en aquel puerto con seis navíos y exigió, como satisfacción, el pago de los dos millones de pesos pertenecientes a España que se hallaban retenidos en el Banco de San Jorge, además de un homenaje a la bandera real de España. Mostrando el reloj a los comisionados de la ciudad, que buscaban el modo de eludir la cuestión del pago, fijó un plazo, transcurrido el cual la escuadra rompería el fuego contra la ciudad. Los dos millones de pesos recibidos fueron enviados, por orden del rey, medio millón para el infante don Carlos y el resto fue remitido a Alicante para sufragar los gastos de la expedición que se alistaba para la conquista de Orán. En reconocimiento de sus servicios al Rey, éste le concede en 1731 como estandarte para su capitana la bandera morada con el escudo de armas de Felipe V, las órdenes del Espíritu Santo y el Toisón de Oro alrededor y cuatro anclas en sus extremos

·         1732

En 1732 Conquista de la ciudad otomana de Orán (Argelia): el marino predilecto de la Armada Española pronto tendría una nueva misión sobre la mesa que le llevaría a embarcarse en el navío Santiago para poner rumbo junto a otros 53 buques a la conquista de la ciudad otomana de Orán (en la actual Argelia). Blas de Lezo completaría con notable éxito esta misión, que finiquitaría en 1732. Terminadas las operaciones sobre la costa africana, se dirigió la escuadra a Cádiz, donde entró el 2 de septiembre de 1732. Como consecuencia de ello el pirata BAY HASSAN huye pero poco tiempo después el pirata Bay Hassan logró reunir un buen número de tropas para sitiar la recién conquistada ciudad. Las potencias berberiscas alarmadas con la toma de la plaza de Orán, se coaligaron para reconquistarla, atacándola por tierra y bloqueándola por mar. Con este motivo salió Lezo, con los dos navíos que en Cádiz estaban preparados, el Princesa y el Real Familia, a los que se reunieron otros cinco y 5000 hombres; levantó el bloqueo y metió en la plaza los necesarios socorros, dedicándose después a dispersar a las fuerzas navales enemigas, provocando la huida del pirata argelino tras una dura y reñida lucha. Blas de Lezo no dudó en salir en persecución de la nave capitana de Hassan, que se refugió dentro de la fuertemente fortificada y bien defendida bahía de Mostagán, donde le aguardaban 4000 hombres bien armados y dos fuertes perfectamente artillados. Sin embargo, el implacable perseguidor no se amedrantó por ello y y persiguiendo a este pirata no cesó y penetró seguidamente en la bahía desafiando el constante cañoneo proveniente de los fuertes que caía sobre sus buques para finalmente lograr incendiar la nave capitana del pirata y arrasar por completo las fortificaciones. Patrulló después durante meses por aquellos mares, impidiendo que los argelinos recibieran refuerzos de Estambul, hasta que una epidemia lo forzó a regresar a la ciudad de Cádiz.

·         1735

1734 El episodio de Orán le valió el ascenso a Teniente General de la Armada. 1735 Se afana en labores dentro de la corte, donde permaneció durante un breve periodo pidiendo nuevamente incorporarse al servicio activo ya que refería que “tan maltrecho cuerpo no era una buena figura para permanecer entre tanto lujo y que su lugar era la cubierta de un buque de guerra” por lo que pidió el consiguiente permiso al Rey y éste se lo concedió.  Y es que el hábitat natural de un hombre de acción de aquella época como Blas de Lezo se encontraba en las cubiertas de los navíos de guerra, por lo que no tardó en volver a embarcarse.

·         1736

1736 Ya de regreso en el Puerto de Santa María, el 23 de julio de 1736, fue nombrado comandante general de una flota de ocho galeones y dos registros, que escoltados por los navíos Conquistador y Fuerte habían de despacharse para Tierra Firme. 1737 Salió con su flota el 3 de febrero de 1737, llegando a Cartagena de Indias el 11 de marzo, quedando de comandante general de aquel apostadero, el más importante puerto de ultramar: Cartagena de Indias, tan importante para la defensa del mar de las Antillas.

·         1739

Es en 1739 cuando un navío español comandado por Julio León Fandiño abordó y capturó un barco corsario frente a las costas de Florida para, seguidamente, cortar la oreja a su capitán; “Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”. Y es que el tráfico marítimo comercial de aquella época entre América y España se veía constantemente cortado y entorpecido por las acciones y el constante acoso de piratas y corsarios ingleses, que atacaban incluso ciudades y puertos españoles escasamente defendidos. En la cámara de los Lores, Robert Jenkins con su oreja en la mano, denunció el hecho desencadenando un conflicto que suponía una oportunidad inmejorable para arrebatar la supremacía marítima oceánica a los españoles, de ahí que los ingleses conozcan el conflicto como «Guerra de la oreja de Jenkins». Robert Jenkins era un contrabandista británico cuyo barco, el Rebecca, había sido apresado en abril de 1731 por un guarda costas español, que le confiscó su carga. La oposición parlamentaria y posteriormente la opinión pública sancionaron los incidentes como una ofensa al honor nacional. La excusa perfecta había llegado y se declaró la guerra a España. Inglaterra nombra al marino Edward Vernon comandante de las fuerzas británicas en las Indias Occidentales, quien pone rumbo desde Port Royale (Jamaica) hacia el puerto español de Portobelo situado en Panamá con el objetivo de proceder a su saqueo y destrucción. Portobelo formaba parte de la ruta que periódicamente seguía la Flota de Indias y se encontraba pobremente defendido. El éxito de esta acción fue celebrado y proclamado a los cuatro vientos, y Vernon, entre numerosos homenajes, se convertiría en un héroe nacional en Inglaterra. Incluso el mismísimo Jorge II de Inglaterra asistió a una cena homenaje en honor a Vernon donde se presentó por primera vez el actual himno nacional británico God Save the King (que se transforma en God Save the Queen cuando el trono lo ostenta una mujer). En una carta fechada el 27 de noviembre de 1739 Vernon comunica a Lezo que los prisioneros de Portobelo están recibiendo un excelente trato a pesar de no merecerlo.

El almirante E. Vernon

El almirante E. Vernon

  • Respuesta de Blas de Lezo:

“Puedo asegurarle a Vuestra Excelencia, que si yo me hubiera hallado en Portobelo, se lo habría impedido, y si las cosas hubieran ido a mi satisfacción, habría ido también a buscarlo a cualquier otra parte, persuadiéndome de que el ánimo que faltó a los de Portobelo, me hubiera sobrado para contener vuestra cobardía.”

·         1740

El 13 de marzo de 1740 se presentaron ante Cartagena de Indias ocho navíos enemigos con dos brulotes, dos bombardas y un paquebote; fondearon a unas dos leguas al oesnoroeste de la ciudad; después de reconocer la costa y tomar las sondas convenientes y establecer el bloqueo, se acercaron las bombardas, situándose este-oeste del convento de la Merced. Empezaron la ejecución de un tiro con materias incendiarias, con lo que quemaron varias casas y edificios; los cañones de la defensa no llegaban a las bombardas con sus tiros y así continuaron éstos haciendo fuego durante los días 18 y 19. Lezo mandó desembarcar un cañón de 18 que puso en tierra, ahuyentó a las bombardas, con sus certeros disparos y la escuadra británica levó y se retiró a Jamaica, quedando dos navíos bloqueando a Cartagena. Hicieron los británicos una segunda tentativa, avistándose desde Cartagena trece navíos y una bombarda, que reconocieron la ensenada de Barú; Blas de Lezo formó con otros dos navíos, otra segunda línea de defensa de Boca-Chica; viendo los británicos esta vigilancia y preparativos, regresaron a Jamaica sin atacar.

  • La llegada de Rodrigo de Torres

El 31 de octubre había llegado de España una escuadra de diez navíos, mandada por el general Rodrigo de Torres, que facilitó algunos auxilios y permaneció en Cartagena de Indias hasta el 8 de febrero de 1741, que salió con destino a La Habana, también amenazada por los británicos.

  • Sebastián Eslava como Virrey de Nueva Granada llega a Cartagena de Indias

De igual manera se personó en Cartagena el virrey del Nuevo Reino de Granada, Sebastián de Eslava, general muy acreditado por su valor y por su inteligencia. Entre él y Lezo tomaron las medidas, de mar y tierra, conducentes a la defensa, si bien Eslava se encontraba reacio a ello, como acreditan las quejas de que Lezo expuso posteriormente para que, por el marqués de Villadarias fuesen elevadas al Rey. Acusaba a Eslava entre otras cosas de poca previsión en el acopio de víveres, así como de que despreciaba los avisos del ataque, que se proyectaba, que a Lezo daban sus espías y que después la experiencia demostró tan oportunos.

·         1741

1741 La mayor de las flotas que viera la historia hasta la lanzada contra las costas de Normandía en 1944, (186 naves, más de 23.500 hombres, y más de 2600 piezas de artillería combatientes entre marinos, soldados y esclavos negros macheteros de Jamaica, más 4.000 reclutas de Virginia bajo las órdenes de Lawrence Washington, medio hermano del futuro libertador George Washington, superaba en más de 60 navíos a la Gran Armada de Felipe II) pone rumbo hacia el puerto de español de Cartagena de Indias. El puerto español de Cartagena de Indias, el más importante de los puertos del Virreinato de Nueva Granada. Ante este desalentador panorama Blas de Lezo pasa revista a sus escasas fuerzas en la magníficamente fortificada Cartagena de Indias, comprobando que se reducían a 6 navíos de guerra: el Galicia (que era la nave Capitana), el San Felipe, el San Carlos, el África, el Dragón y el Conquistador. Para apoyar a sus defensas, se contaba con unos 2500 soldados del ejército regular español reforzados con unos 600 arqueros indios traídos expresamente desde el interior, y a menos de 1000 piezas artilleras. Resultaba, pues, realmente complicado asegurar que Cartagena de Indias continuara siendo española en los próximos años. Aún así Blas Lezo optó por la resistencia a toda costa ya que contaba con la experiencia de 22 batallas. Cartagena de Indias no se iba a rendir. Blas de Lezo se preparó para la defensa, situó varios de sus buques en las dos entradas a las bahías y dio órdenes de que, en el caso de que se vieran superados, fueran hundidos para que no fueran apresados y para que sus restos impidieran la entrada de los navíos ingleses hasta Cartagena de Indias. La guerra había comenzado y el «Mediohombre» se preparó para la defensa.

·         1741

El día 15 toda la armada enemiga se había desplegado en plan de cerco. Al comienzo se notó la superioridad británica y fáciles acciones les permitieron adueñarse de los alrededores de la ciudad fortificada. La proporción entre los españoles y los ingleses era de 1 español por cada 10 ingleses, pero lo que tenía a su favor el «Almirante Patapalo» era un terreno que podía ser utilizado por un gran estratega como él. Y es que la entrada por mar a Cartagena de Indias sólo se podía llevar a cabo mediante dos estrechos accesos, conocidos como «bocachica» y «bocagrande». El primero, estaba defendido por dos fuertes (el de San Luis y el de San José) y el segundo por cuatro fuertes y un castillo (el de San Sebastián, el de Santa Cruz, el del Manzanillo, el de Santiago -el más alejado- y el castillo de San Felipe). La batalla comenzó en el mar. Tras comprobar que no podían acceder a la bahía, los ingleses comenzaron un bombardeo incesante contra los fuertes del puerto. Situó dos navíos en Boca Chica, paso obligado para entrar en la rada, serró la entrada con dos cadenas tendidas por fuera de los buques, para impedir la llegada hasta ellos de los brulotes con que pudieran atacarlos, y puso en estado de defensa los castillos que guardaban aquélla. 4.- Blas de Lezo apoyaba a los defensores con la artillería de sus navíos, que había colocado lo suficientemente cerca.

  • Las bolas encadenadas

Usaba bolas encadenadas, entre otras artimañas, para inutilizar los barcos ingleses. Con ello desarbolaron varios barcos y crearon víctimas entre los ingleses. Tras acabar con varias baterías de cañones, Vernon se dispuso a desembarcar algunos de sus hombres, que lograron tomar posiciones en tierra. Luego, el inglés se dispuso a cañonear la fortaleza de San Luis de Bocachica día y noche durante dieciséis días, el promedio de fuego era de 62 grandes disparos por cada hora. El bombardeo fue masivo y los españoles tuvieron que abandonar en los días sucesivos los fuertes de San José y Santa Cruz. El ímpetu del ataque obligó al español a tomar una decisión dura: Blas de Lezo incendió sus buques para obstruir el canal navegable de Bocachica, aunque el Galicia no prendió fuego a tiempo. Sin embargo, logró retrasar el avance inglés de forma considerable. Blas de Lezo decidió entonces dar la orden de replegarse ante la superioridad ofensiva y la cantidad de bajas españolas. A su vez, en Bocagrande se siguió la misma táctica y se hundieron los dos únicos navíos que quedaban (el Dragón y el Conquistador) para dificultar la entrada del enemigo. El sacrificio resultó en vano, pues los ingleses remolcaron el casco de uno de ellos antes de que se hundiera para restablecer el paso y desembarcaron. Las posiciones habían sido perdidas y los españoles se defendían en el fuerte de San Sebastián y Manzanillo. Además, como último baluarte, se encontraba el castillo de San Felipe.

  • Vernon se cree vencedor

Vernon se cree vencedor. Los ingleses habían conseguido acabar con varias fortalezas y asentarse en las bahías de Cartagena de Indias tras pasar los obstáculos puestos por los españoles. Sin duda, sentían la victoria cerca. Vernon entró entonces triunfante en la bahía con su buque Almirante con las banderas desplegadas dando la batalla por ganada.  Vernon envió en ese momento una corbeta a Inglaterra con un mensaje en el que anunciaba su gran victoria sobre los españoles. La noticia fue recibida con grandes festejos entre la población y, debido al júbilo, se mandó acuñar una moneda conmemorativa para recordar la gran victoria. En ella, se podía leer y además, se apreciaba un grabado de Blas de Lezo arrodillado frente al inglés.

  • La victoria del Mediohombre

Vernon estaba decidido, la hora de la victoria había llegado. Por ello, quiso darle el broche final tomando el símbolo de la resistencia española: el castillo de San Felipe, donde resistían únicamente seis centenares de soldados. Sin embargo, el asalto desde el frente era un suicidio, por lo que el inglés se decidió a dar la vuelta a la fortaleza y asaltar por la espalda a los españoles. Blas de Lezo, aplicando la inteligencia de un buen estratega elaboró una de sus últimas artimañas consistente en enviar a dos de los suyos al lado inglés. Se fingirían desertores y llevarían a la tropa enemiga hasta un flanco de la muralla. Para ello atravesaron la selva, lo que provocó la muerte por enfermedad de cientos de soldados, pero al fin llegaron y Vernon ordenó el ataque. El primer asalto inglés se hizo contra una entrada de la fortaleza y se saldó con la muerte de aproximadamente 1.500 soldados ya que dicho flanco estaba muy bien protegido, donde serían masacrados sin piedad, a manos de los 600 españoles que consiguieron resistir y defender su posición a pesar de la inferioridad numérica. Tras este ataque inicial, Vernon se desesperó ante la posibilidad de perder una batalla que parecía hasta hace pocas horas ganada de antemano. Finalmente, el oficial ordenó una nueva embestida, aunque esta vez planeó que sus soldados usarían escalas para poder atacar directamente las murallas. En la noche del 19 de abril los ingleses se organizaron en tres grupos para atacar San Felipe. En frente de la formación iban los esclavos jamaicanos armados con un machete. Sin embargo, los asaltantes se llevaron una gran sorpresa: las escalas no eran lo suficientemente largas para alcanzar la parte superior de las murallas. El ‘Almirante Patapalo’ había ordenado cavar un foso cerca de los muros para aumentar su altura y evitar el asalto. Los españoles aprovecharon entonces y acabaron con cientos de ingleses. La batalla acababa de dar un giro inesperado debido al ingenio de un solo hombre, o más bien, Mediohombre. El día siguiente, según afirma el historiador, los españoles salieron de la fortaleza dispuestos a aprovechar el duro golpe psicológico que habían sufrido los ingleses. En primera línea corría Lezo, cargando al frente de la formación mientras sujetaba el arma con su único brazo. Finalmente, y tras una cruenta lucha, los menos de 600 defensores lograron que el enemigo se retirara y volviera a sus navíos. Ahora, y de forma definitiva, la victoria pertenecía a los soldados españoles y, por encima de todo, a un solo combatiente: el «Almirante Patapalo». El plan del general funcionó a la perfección.

  • Bombardeo masivo sobre La Heroica

Los soldados británicos fueron cayendo en todas las trampas. Las escalas se demostraron insuficientes y hubieron de abandonarlas; al replegarse les esperaban los infantes en las trincheras, con la bayoneta oxidada y sedienta de sangre. El descalabro ante el castillo de San Felipe desmoralizó a los ingleses, que, además, se habían abierto muchos más frentes de los que podían permitirse. Vernon, el engreído Sir Andrew Vernon, se había revelado como un incompetente incapaz de vencer a 600 españoles harapientos y famélicos capitaneados por un anciano tuerto, manco y cojo. Después de esa batalla, se sucedieron una serie de intentos por parte de los ingleses de conquistar la plaza fuerte, pero fueron rechazados. Vernon se retiró a sus barcos y ordenó un bombardeo masivo sobre la ciudad durante casi un mes, pero no sirvió de nada. Finalmente, Vernon abandonó las aguas de Cartagena de Indias con, según los datos oficiales, unos 5.000 ingleses muertos. Sin embargo es difícil creer que la cifra sea tan baja, ya que cada barco parecía un hospital y el oficial tuvo que hundir varios navíos en su huída debido a que no tenía suficiente tripulación para manejarlos y no quería que cayesen en manos españolas. El sitio de Cartagena de Indias fue una gran victoria con una enorme desproporción entre los dos bandos y gracias a ello 400 millones de seres humanos hoy todavía conservan sus raíces de influencias españolas.

los movimientos de la flota inglesa, por 7historiaen2009.blogspot.com

Los movimientos de la flota inglesa, por 7historiaen2009.blogspot.com

Cartagena de Indias en la actualidad

  • «God damn you, Lezo!» ¡Que Dios te maldiga, Lezo!

De hecho, y según cuenta la leyenda, Vernon sentía tanto odio hacia el «Mediohombre» que, mientras se alejaba junto a su flota de vuelta a Inglaterra, gritó a los vientos: «God damn you, Lezo!» ¡Que Dios te maldiga, Lezo!. Podía maldecir todo lo que quisiera, pero había sido derrotado. Vernon optó por una retirada enviando una carta a Blas de Lezo: «Hemos decidido retirarnos para volver pronto a esta plaza después de reforzarnos en Jamaica».

  • Lezo contestó

«Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir».

  • Vernon da la noticia a Jorge II

Pero a Vernon todavía le quedaba un último mal trago: informar en Inglaterra de que la había perdido la batalla. Al llegar a su tierra, sin embargo, parece que no tuvo valor para dar a conocer la noticia públicamente, por lo que fue pasando el tiempo hasta que, finalmente, sus compatriotas descubrieron el engaño. Cuando salió a la luz, la vergüenza fue tan arrolladora para el país que se tomaron medidas más drásticas para acallar la gran derrota: El rey Jorge II prohibió todo tipo de publicación sobre la batalla. Vernon fue relevado y expulsado de la Marina en 1746, aunque la arrogancia y el orgullo inglés hizo que le enterraran en la Abadía de Westminster, panteón de los héroes, y en su tumba pusieron: «Sometió a Charges, y en Cartagena conquistó hasta donde la fuerza naval pudo llevar la victoria»; lo que era la forma más humillante de ocultar tan vergonzosa derrota. Tan colosal fue la derrota de los ingleses, que aseguró el dominio español de los mares durante más de medio siglo hasta que lo perdió en Trafalgar, cosa que la historia inglesa no reconoce. Humillados por la derrota, los ingleses ocultaron monedas y medallas grabadas con anterioridad para celebrar la victoria que nunca llegó. Tan convencidos estaban de la derrota de Cartagena que pusieron medallas en circulación que decían en su anverso: «Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741» y «El orgullo español humillado por Vernon». Fue justo lo contrario: con sólo seis navíos, 2.830 hombres y mucha imaginación, Blas de Lezo derrotó a Vernon, que traía 180 navíos y casi 25.000 hombres, fue tal la derrota que el Rey de Inglaterra, Jorge II prohibió hablar de ella o que se escribieran crónicas alusivas al hecho, como si nunca hubiese ocurrido.

Las monedas de la vergüenza para la pérfida Albión...

Las monedas de la vergüenza para la pérfida Albión…

Blas de Lezo falleció en Cartagena de Indias al contraer la peste, enfermedad generada por los cuerpos insepultos (casi todos ingleses) ocasionados por los sucesivos combates. Murió en Cartagena de Indias el 7 de septiembre de 1741. Fue enterrado sin honores, en pobres condiciones, puesto que el virrey de entonces, Sebastián de Eslava, había declarado su enemistad cuasi eterna a su salvador. Algunos años después se concedió a la familia de Lezo el marquesado de la Real Defensa, quedando perpetuada de este modo, sus hazañas en Cartagena de Indias. En lo que respecta a la localización de su último lugar de sepultura todo parece indicar que los investigadores se encuentran a un paso del lugar donde yace Blas de Lezo, en el límite del barrio de Getsemaní en Cartagena de Indias donde estuvo la Capilla de la Vera Cruz, una iglesia que está localizada pero fue en su día demolida, donde fueron enterrados muchos militares en la época colonial y adonde conducen los documentos que hablan del final de los días gloriosos de Blas de Lezo.

  • Su última voluntad

Sin embargo, aunque las proezas de Blas de Lezo estén a la altura de los más grandes marinos de la historia, es un personaje prácticamente olvidado por la gran mayoría de españoles. El día 5 de noviembre de 2009, en Cartagena de Indias, se dio cumplimiento a un deseo de Blas de Lezo, que en su testamento pedía que un grupo de españoles pusiese una placa que conmemorase aquella victoria.

 

Y AHORA…QUÉ?

Pues ahora, parece que poco a poco se le empieza a dar el póstumo reconocimiento que en vida e historia no tuvo: en 2014, en Cádiz, se planta la primera estatua en territorio español en su honor, luego vendría la tan polémica de Madrid y así presencia en diferentes sitios; calles en Alicante, Cádiz (la ciudad que más lo ha homenajeado -por algo vivió allí-, en su pueblo natal, Pasajes, en San Sebastián y un largo etcétera, además de una placa de homenaje en el Panteón de Marinos Ilustres en San Fernando (Cádiz) y últimamente exposiciones itinerantes por diferentes ciudades. También una fragata de la Marina española lleva su nombre.

En Cartagena de Indias la cosa es bien distinta, siendo un personaje popular y bastante conocido, con una estatua frente al Castillo San Felipe de Barajas y dando nombre a barrios, calles y avenidas.

Sirvan estas líneas como humilde testimonio y pequeño homenaje a este extraordinario hombre, extraordinario almirante y marino y extraordinario viajero.

En el 2014, otro viajero -este contemporáneo-, Miquel Silvestre, en su Diario de un nómada recuerda su figura al atravesar Colombia.

Y También en RTVE, en el programa radiofónico Españoles en la mar, se repasa fugazmente su figura y la batalla de Cartagena, en noviembre de 2014, mediante entrevista al almirante José Antonio González Carrión, director del Museo Naval de Madrid:

NOTA DE ÚLTIMA HORA: Me comenta un buen amigo que Don Blas parece seguir muy activo en su lucha contra los ingleses; a mala leche y sentido del humor no nos gana nadie, eso seguro. Mira el siguiente enlace:

http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2016-03-28/forocoches-barco-armada-inglesa-blas-de-lezo_1175037/

 

Fuentes: rtve.es, historiaen2009.blogspot.com, wikipedia, perezreverte.com, acblasdelezo.com, uma.es, ianasagasti.blogs.com, elpais.com, elconfidencial.com, miquelsilvestre.com

 

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